Su formación profesional fue en la ESIME, donde fue un alumno ejemplar. Formó parte del Cuadro de Honor de la Generación 1941-1944 y recibió Mención Honorífica por su tesis y examen profesional. Continuó con estudios de postgrado en el Instituto Tecnológico de Illinois, como becario de la “Armour Research Foundation” y de la CICIC. Trabajó en la investigación de materiales magnéticos para la grabación de señales eléctricas en alambre y cinta (sonido, video, pulsos, etc.) con el inventor de la grabación magnética con polarización de alta frecuencia, como se conoce en la actualidad. Sus estudios y especialización en el exterior se alternaron con periodos de docencia e investigación en México. No debe perderse de vista la influencia decisiva que los maestros suelen tener en el futuro de sus alumnos, despertando vocaciones, orientando su formación o, simplemente, dirigiendo su trabajo. Por ello, al trazar esta semblanza del Ingeniero Suárez Díaz no se puede olvidar su asociación con el Dr. Manuel Cerrillo Valdivia, con el Maestro José Mireles Malpica, el Ing. Walter Cross Buchanan, o el Ing. Nabor Carrillo en una temprana fase de su formación y ejercicio profesional. Estos profesores e investigadores distinguidos de la ESIME, se caracterizaron por su alta capacidad de innovación (invención sería más propio), y siempre estuvieron en la punta de la investigación y del desarrollo tecnológico en telecomunicaciones, electrónica y física. En 1950, becado por la televisión de México (era para esas fechas director técnico de Canal 4, del Distrito Federal) se especializó en televisión en el Rockefeller Center de Nueva York. A su regreso se dedicó a instalar los primeros sistemas de microondas en México con cable coaxial de banda ancha, para el enlace del edificio en la Lotería Nacional con los estudios del Canal 4 XHTV, en las calles de Bucareli. Su paso por el MIT de 1958 a 1969 y su asociación con Cerrillo en los laboratorios de dicho Instituto para especializarse en teoría de la televisión, fueron fundamentales en su producción científica.
La vinculación del Ingeniero Jorge Suárez Díaz con su alma mater fué continua y permanente, aún en las etapas en que sus funciones de dirección técnica en empresas de telecomunicaciones o dependencias del gobierno federal requerían de trabajo y atención intensos. A su larga trayectoria docente se debe que en 1953 se le nombrara “Hijo Distinguido de la ESIME”, honor solo recibieron él y Ing. Miguel Bernard, y dos años después se le designara Director de la escuela, de cuya gestión se destaca la actualización de los planes y programas de la carrera de ingeniería de comunicaciones
y electrónica, el mejoramiento de los laboratorios y su empeño por mantener una estrecha vinculación entre escuela e industria. Mantuvo entonces, como lo hace ahora, la filosofía de que la formación de un ingeniero debe contemplar una sólida base científico teórica, junto con un fuerte adiestramiento práctico y un conocimiento de los problemas reales que el desarrollo del país plantea; también pugna por poner al alcance de todos los mexicanos la educación superior, siendo decisiva su influencia en el desarrollo de la televisión educativa y de sistemas educativos a distancia desarrollados con tecnologías multimedia. El interés y preocupación del ingeniero Jorge Suárez Díaz por los problemas asociados a la enseñanza de la ingeniería y a su articulación con la práctica se encuentran en algunos artículos publicados. Fueron claramente enunciados en su plática ante la AUIME y AMIME en 1984, después de recibir el Premio Nacional de Ciencias y Artes 1984, y en 1991. Una faceta muy importante de las actividades del ingeniero Jorge Suárez Díaz ha sido su decidida participación en los planes de desarrollo de las telecomunicaciones en México. A su regreso del MIT, después de trabajar en el laboratorio del Doctor Cerrillo, fue nombrado Director Técnico de la Comisión de Telecomunicaciones y Meteorología de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Aquí en colaboración con otros técnicos mexicanos, realizó investigaciones sobre radares para establecer un sistema de vigilancia en el sureste de la república y de la frontera sur. En esta comisión se diseñó y construyó la primera estación meteorológica electrónica automática que, por su eficiencia y originalidad, mereció reconocimiento internacional por parte del Director del Weather Bureau de los Estados Unidos. Varias estaciones meteorológicas electrónicas de este tipo se construyeron en el país, con una integración de partes nacionales del 95%. En 1959, el Ingeniero Jorge Suárez Díaz fue nombrado miembro de la “Comisión México-Estados Unidos para observaciones en el espacio”, antecesora de la actual AEXA (Asociación Mexicana del Espacio Exterior) y la presidió de 1965 a 1970. Coordinó la Estación Rastreadora de Satélites de Guaymas, Sonora, para los proyectos de satélites tripulados de Estados Unidos “Mercurio” y “Géminis”. El entrenamiento y formación de personal para la operación, tanto de las estaciones de radar como las rastreadoras, fue parte muy importante de su labor, ya que al suscitarse más tarde algunos problemas en relación a la nacionalidad de los operadores de las estaciones, México estuvo en condiciones de reclamar para sus nacionales la exclusividad en el manejo de las mismas.
Siempre y antes que nada, trabajó buscando el bien de la nación, y por decisión presidencial, el ingeniero Jorge Suárez Díaz asumió la Dirección General de Telecomunicaciones y Transportes de la SCT, puesto que desempeñó durante el sexenio 1964-1970. Desde esa dirección se formuló un ambicioso plan de cinco años de desarrollo de telecomunicaciones en México. El Plan Nacional de Telecomunicaciones puso a México a la par de los países más avanzados en las telecomunicaciones por microondas y satélites. Este plan se llevó a cabo con un esfuerzo y coordinación admirables, pues en ocasiones la necesidad de lograr algunas metas en una carrera contra el tiempo hizo que ciertas obras se ejecutaran antes del tiempo previsto. La celebración de los Juegos Olímpicos de 1968 requirió la construcción acelerada de una red nacional de microondas en solo dos años, lapso en el que se instalaron 13500 kilómetros de rutas de microondas con más de 270 repetidoras y casi 80 estaciones terminales, entre las que destaca la Torre Central de Comunicaciones en el Distrito Federal. En tiempo récord de 8 meses se construyó la estación terrestre de Tulancingo, Hidalgo, con cuyo diseño y ejecución el ingeniero Jorge Suárez refrendó su alta capacidad técnica y de coordinación de personal. Con esta infraestructura y equipo, el mundo entero (entre 800 y mil millones de teleespectadores) siguió por radio y televisión las vicisitudes de la Olimpiada de México 1968 y de la Copa del Mundo 1970. Al dejar la Dirección de Telecomunicaciones, desempeñó el cargo de asesor técnico de la empresa periodística Novedades, en la que el Ing. Rómulo O’Farrill había puesto en proceso de modernización, cambiando los sistemas de edición mecánicos a electrónicos. Allí, por recomendación suya, se estableció la edición del diario mediante procesos electrónicos computarizados, siendo éste el primer periódico de Latinoamérica en adoptar este procedimiento. Su nueva especialización en sistemas electrónicos computarizados la utilizó más tarde para la supervisión global de la red federal de microondas, que el había coordinado en su construcción. Comenzó así una nueva faceta de la vida profesional del Ingeniero Suárez, la relacionada con el uso y aplicación de las computadoras electrónicas a la telecomunicación. Muchos han sido los cargos ocupados por el ingeniero Suárez Díaz, así como las comisiones que ha tenido, muchas de ellas simultáneas, con sus actividades de catedrático, funcionario federal o ingeniero en ejercicio. Fue miembro de la Comisión de Energía Nuclear de la Comisión del Espacio Exterior, Representante de México en el Consejo de Administración de INTELSAT, etc.
El ingeniero Jorge Suárez Díaz formó parte del Sistema Nacional de Investigadores en 1984, y en 1993 recibió el reconocimiento como Investigador Emérito del SNI. Su vasta
obra de investigador y docente se ha traducido en innumerables publicaciones, libros, artículos, estudios científicos y técnicos. Formó parte del grupo de investigadores que fundó el CINVESTAV del IPN, y del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, y a partir de 1978 dedicó su vida a ser investigador de tiempo completo en el CINVESTAV del IPN, buscando siempre engrandecer el nombre y prestigio de la institución. En su actividad docente formó a los cuadros de importantes personalidades que en la actualidad dirigen empresas, son funcionarios públicos o hacen investigación relacionadas a las telecomunicaciones en el país También han sido varias y notables las distinciones que ha recibido, como:
Cuadro de Honor de la Generación 1940-1944
Hijo Distinguido de la ESIME (1953)
Orden al Mérito del Gobierno de Italia con el grado de COMMENDATOR (1970)
Miembro Distinguido de la AMIME (1976)
Premio Nacional de Ciencia y Artes (1984)
Académico de Número de la Academia Nacional de Ciencia y Artes (1985)
Investigador Nacional Emérito del Sistema Nacional de Investigadores (1991)
Premio Nacional de Ingeniería Mecánica, Eléctrica y de Comunicaciones (1991)
Presea “Lázaro Cárdenas” (1996)
Premio Nacional de Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica (1998)
Primer Premio de Ingeniería de la Ciudad de México (2008)
Entre otros. En los años recientes llevó a cabo investigaciones sobre telecomunicaciones, telemedicina, evaluación de mega-proyectos y sus aplicaciones de impacto en la sociedad, infraestructura urbana y sistemas de educación multimedia, formando grupos de trabajo en éstas áreas. Es reconocida entre la comunidad científica y tecnológica su distinguida y destacada labor profesional como educador y catedrático, visionario innovador de planes de estudio en ingeniería, pionero de la televisión mexicana, y participante como investigador, ejecutor y autoridad en la construcción de la moderna infraestructura de las telecomunicaciones mexicanas de la actualidad.
tomado de http://www.cinvestav.mx/semblanza/semblanza.pdf
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